"La jornada Zacatecas"
Se modifican roles en la familia y aumenta número de divorcios en la entidad: docente
Miércoles, 17 de Febrero de 2010 01:41
■ Disparo de divorcios desde 1980, parteaguas en Zacatecas: investigadora de UAZ
■ Recomienda más atención al núcleo social por sus integrantes, instituciones y escuelas
Aunque la incursión de la mujer en el mercado laboral tiene más de tres décadas en el estado, aún persiste la idea de que al ser una figura dedicada al cuidado de la familia, deberá quedarse en el hogar.“Zacatecas tiene una cultura tradicional muy arraigada, tenemos costumbres y creencias (…) todavía se piensa que si la madre no está al cuidado de los hijos, tendrán serios problemas en su conducta”, explicó Noemí González Ríos, docente investigadora de la Unidad Académica de Psicología en la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ).
Apuntó que los zacatecanos solemos ser muy conservadores y eso impacta y hace que la incorporación a la vida laboral de la mujer no sea reconocida como una actividad que contribuya al desarrollo social y económico del estado y que puede mejorar las condiciones de vida de las familias.
González Ríos señaló que eso representa un factor que contribuye a las rupturas familiares, aunque no necesariamente es causa y efecto. Pese a que hay un antecedente desde 1980, en Zacatecas a partir de 1990 comenzaron a gestarse separaciones en matrimonios y parejas jóvenes.
“¿Qué pasa? Pues que no pasa nada e impacta en las relaciones humanas y la manera en que se relacionan, ya que a esa situación se añaden los hijos”, expresó la también especialista en Tecnologías de la Información.
Afirmó que en la actualidad las parejas viven una vida muy light, en la que si no funciona una relación, y bajo la consigna de “no pasa nada”, vuelven a buscar otra pareja.
Eso se arrastra hasta el matrimonio, ahí el concepto de familia como núcleo y parte integrante que impacta de forma positiva a la sociedad “se dispersa y se relaciona con el fenómeno de carencia de valores”, así como la falta de compromisos.
Apuntó que es difícil asumir responsabilidades y establecer compromisos, aunque hay otros factores como celos profesionales, donde el hombre no acepta que su pareja sea competente y ocupe un mejor puesto, y por ello obtenga mejores ingresos.
Agregó que cuando los hijos se van del hogar, los padres experimentan la fase Síndrome del nido vacío, etapa en la cual los paterfamilias caen en cuenta de que ya no tienen por quién ver, por tanto, deben adecuarse a la curva de adaptación.
De no gestarse la armonía, la especialista señaló que deviene el divorcio en parejas mayores o de mediana edad. Al contrario, cuando los hijos llegan, uno de los dos padres volcará más su atención hacia ellos y abandona sentimentalmente a la pareja.
Aunque puede haber múltiples causales, como la modernidad, lo económico y el desarrollo laboral, la experta refirió que “se debe poner mayor atención a la familia, labor a la que deberán entrar” no sólo los miembros, sino instituciones y escuelas.
Según González Ríos, la familia es un sistema de relaciones de tipo afectivo, que está presente en todas las culturas y en el que el ser humano permanece un tiempo, formado por sus fases evolutivas más importantes para su desarrollo.
“Los padres son un gran modelo a seguir”, al formar parte de un ambiente social, siendo ellos las mentes adultas que interactuarán de forma recurrente con el hijo para constituirle una personalidad, explicó la también docente en la materia de psicología y familia.
Comentó que en las generaciones a las que pertenecieron nuestros padres y abuelos las familias eran de tipo nuclear y estaban integradas por padre, madre e hijos. Conforme la sociedad avanzó a través de las épocas, también lo hicieron las diferentes familias y su interacción entre sus miembros.
Añadió que la dinámica de familia también cambia y ahora deben adoptar nuevos roles para readaptarse. El padre y los hijos deben asumir nuevos roles, reglas de cooperación y de intercambio, eso no significa que por el hecho de que la mujer entre al mercado laboral se disgregue la familia.
Manifestó que si no se manejan de forma adecuada esos roles y procesos de adaptación, es probable que la familia corra riesgos, porque la madre como figura educadora no está presente, y eso puede acarrear problemas.
Miércoles, 17 de Febrero de 2010 01:41
■ Disparo de divorcios desde 1980, parteaguas en Zacatecas: investigadora de UAZ
■ Recomienda más atención al núcleo social por sus integrantes, instituciones y escuelas
Aunque la incursión de la mujer en el mercado laboral tiene más de tres décadas en el estado, aún persiste la idea de que al ser una figura dedicada al cuidado de la familia, deberá quedarse en el hogar.“Zacatecas tiene una cultura tradicional muy arraigada, tenemos costumbres y creencias (…) todavía se piensa que si la madre no está al cuidado de los hijos, tendrán serios problemas en su conducta”, explicó Noemí González Ríos, docente investigadora de la Unidad Académica de Psicología en la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ).
Apuntó que los zacatecanos solemos ser muy conservadores y eso impacta y hace que la incorporación a la vida laboral de la mujer no sea reconocida como una actividad que contribuya al desarrollo social y económico del estado y que puede mejorar las condiciones de vida de las familias.
González Ríos señaló que eso representa un factor que contribuye a las rupturas familiares, aunque no necesariamente es causa y efecto. Pese a que hay un antecedente desde 1980, en Zacatecas a partir de 1990 comenzaron a gestarse separaciones en matrimonios y parejas jóvenes.
“¿Qué pasa? Pues que no pasa nada e impacta en las relaciones humanas y la manera en que se relacionan, ya que a esa situación se añaden los hijos”, expresó la también especialista en Tecnologías de la Información.
Afirmó que en la actualidad las parejas viven una vida muy light, en la que si no funciona una relación, y bajo la consigna de “no pasa nada”, vuelven a buscar otra pareja.
Eso se arrastra hasta el matrimonio, ahí el concepto de familia como núcleo y parte integrante que impacta de forma positiva a la sociedad “se dispersa y se relaciona con el fenómeno de carencia de valores”, así como la falta de compromisos.
Apuntó que es difícil asumir responsabilidades y establecer compromisos, aunque hay otros factores como celos profesionales, donde el hombre no acepta que su pareja sea competente y ocupe un mejor puesto, y por ello obtenga mejores ingresos.
Agregó que cuando los hijos se van del hogar, los padres experimentan la fase Síndrome del nido vacío, etapa en la cual los paterfamilias caen en cuenta de que ya no tienen por quién ver, por tanto, deben adecuarse a la curva de adaptación.
De no gestarse la armonía, la especialista señaló que deviene el divorcio en parejas mayores o de mediana edad. Al contrario, cuando los hijos llegan, uno de los dos padres volcará más su atención hacia ellos y abandona sentimentalmente a la pareja.
Aunque puede haber múltiples causales, como la modernidad, lo económico y el desarrollo laboral, la experta refirió que “se debe poner mayor atención a la familia, labor a la que deberán entrar” no sólo los miembros, sino instituciones y escuelas.
Según González Ríos, la familia es un sistema de relaciones de tipo afectivo, que está presente en todas las culturas y en el que el ser humano permanece un tiempo, formado por sus fases evolutivas más importantes para su desarrollo.
“Los padres son un gran modelo a seguir”, al formar parte de un ambiente social, siendo ellos las mentes adultas que interactuarán de forma recurrente con el hijo para constituirle una personalidad, explicó la también docente en la materia de psicología y familia.
Comentó que en las generaciones a las que pertenecieron nuestros padres y abuelos las familias eran de tipo nuclear y estaban integradas por padre, madre e hijos. Conforme la sociedad avanzó a través de las épocas, también lo hicieron las diferentes familias y su interacción entre sus miembros.
Añadió que la dinámica de familia también cambia y ahora deben adoptar nuevos roles para readaptarse. El padre y los hijos deben asumir nuevos roles, reglas de cooperación y de intercambio, eso no significa que por el hecho de que la mujer entre al mercado laboral se disgregue la familia.
Manifestó que si no se manejan de forma adecuada esos roles y procesos de adaptación, es probable que la familia corra riesgos, porque la madre como figura educadora no está presente, y eso puede acarrear problemas.
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